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El crecimiento de una organización se mide también en la incorporación de estrategias sostenibles sociales, económicas y ambientales, siendo la mejor aliada para mejorar la imagen corporativa.

Las innovaciones y los modelos de negocios están basados en la sustentabilidad, convirtiéndose en líder de las estrategias corporativas. Mediante ésta, se garantiza un equilibrio entre el cuidado del medio ambiente, el bienestar social y el crecimiento económico. Una legislación más estricta y una creciente presión por parte de los interesados para divulgar el desempeño ambiental están obligando a considerar el uso de estándares internacionales para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas, especialmente en torno a los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

Sin embargo, las altas tasas de inflación, el entorno socio-político inestable y los frecuentes retrasos e interrupciones en el transporte y la logística que enfrenta el mercado global están contribuyendo a una mayor incertidumbre.

Diversos expertos coinciden en que se debe actuar inmediatamente, pues el cambio climático está modificando la demanda de los consumidores y afectando, a la vez, la cadena de suministro, según la encuesta Voice of the Industry: Sustainability de Euromonitor. Al mismo tiempo, la conciencia de los consumidores sobre el cambio climático está aumentando, ya que dos de cada tres encuestados mencionaron que estaban preocupados por el tema en 2022.

La tendencia actual se rige por la incorporación de estrategias sostenibles

Los problemas ambientales aumentan y con ello la presión hacia las compañías, gobiernos y consumidores, siendo esencial optar por prácticas comerciales amigables con el ambiente; se ha reflejado un interés progresista por parte de inversionistas y consumidores, quienes están atentos a los comunicados de líderes de opinión y especialistas en el tema.

Las empresas buscan satisfacer las demandas de un mayor número de consumidores con mentalidad sostenible, impulsando esfuerzos para resolver problemas ambientales apremiantes, con un gran porcentaje de ellos planeando invertir en iniciativas de residuos y reciclaje. De igual forma, casi la misma cantidad está invirtiendo en abastecimiento sustentable, tecnológico y fuentes de energía más sostenibles que mejoren la resiliencia de la cadena de suministro, al tiempo que se reducen las emisiones de alcance 1, 2 y 3.

Las compañías deben ser un ejemplo priorizando los problemas ESG

En promedio, un pequeño porcentaje de los expertos de la industria global mencionan que sus organizaciones publican informes ESG, siendo los alimentos y bebidas la industria que lidera los informes. La mayoría de industrias se quedan en brindar reportes, pero no llegan a la acción, ya que sus intenciones y compromisos superan con creces el número de acciones reales tomadas.

Las compañías están buscando formas de mejorar el método de comunicación de iniciativas sostenibles, puesto que son pocos los expertos globales que consideran que su estrategia es efectiva con los consumidores. Cabe resaltar que los portafolios basados en ESG generan mayores rendimientos y disminuyen factores de riesgo y volatilidad, contrario a quienes no optan por su práctica transparente, presentando fraudes, irregularidades financieras y diversos conflictos que crucifican la imagen corporativa.

Sin embargo, se debe tener precaución al usar declaraciones de productos para promover sus credenciales de sostenibilidad, ya que cada vez existen regulaciones más estrictas para proteger a los consumidores, lo que requiere que las organizaciones respalden adecuadamente las afirmaciones “respetuoso con el medio ambiente” o “verde”. Es aquí, donde la colaboración con otros actores que comparten un objetivo común tiene el potencial de aliviar la carga financiera y superar los desafíos de sostenibilidad.

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